Altar

Instalación 
Césped, acero, corazón de res ahumado, fotografía, video, pintura
medidas variables
Taller de arte en el espacio público y multimedia, Academia de bellas artes de Bruselas, 2008






                          





Pintura

Estudio de color y composición 1
Oleo, acrílico, collage sobre lienzo
100x 80 cm


Estudio de color y composición 2
Oleo, acrílico, collage sobre madera
100x 80 cm



Video arte


Velacruz: 3´
Video monocanal, 4/3
sonido stereo
2008




Altar
Propone una interacción entre elementos orgánicos e industriales teniendo como afán la articulación de un espacio pictórico y poético en el sitio de exposición a través del diálogo entre escultura, video y pintura abordados desde el tratamiento de la composición, color y forma. Al mismo tiempo es una alegoría a lo interno y externo creando una ambivalencia entre lo contemplativo (visual) y la capacidad relacional del espectador con la obra.
Elementos como el corazón de buey colgado en el centro de la instalación y el césped utilizado como soporte y elemento, introducen aspectos fundamentales como el tiempo de exposición y duración de la obra, pues esta, debido  a su naturaleza orgánica determina y delimita su propia duración y existencia.
El corazón en la instalación tiene una significación doble, primeramente es tomado como símbolo de sacrificio (de donde el nombre ALTAR) y es colgado y colocado en “interacción poética” debajo de una caja en plexiglás que contiene imágenes que representan lo femenino (retratos de mujeres inmigrantes, iconografía relativa a la virgen, etc) pues la totalidad de la instalación es una evocación en sí a la Tierra en tanto que entidad maternal que se ve cada vez más deteriorada. Por otro lado es el elemento que vendrá a evidenciar lo animal y lo humano.
El conjunto de barras metálicas constituye el principal material industrial. El ensamble de líneas marca el aspecto rígido de la obra y en cierta forma indica una depuración de la forma hasta llegar a la(s) línea(s) necesaria(s) para obtener una integridad entre los elementos, sus respectivas tallas y ubicaciones. Al mismo tiempo marca un “recorrido”  sobre el material soporte-elemento(césped) dando al visitante igualmente el status de componente de la obra.
Los colores de las líneas son tonos visualmente “vivos” tomados en parte del arte popular andino. Esta elección encuentra su sustento en el hecho de provocar un movimiento en la visión del espectador, de hacer trabajar (y mismo forzar) su retina con el fin de generar una primera impresión global del conjunto y a continuación, conforme la vista examine y penetre la obra, la respectiva identificación de los elementos simbólicos y la reflexión de los mismo por parte del espectador.